Letting go...

Tengo que escribir sobre esto para poder soltarlo, para poder desprenderme, para aprender a dejarlo ir. Para ser libre...
Yo lo presentía, lo olfateaba,sabía que se aproximaba, sin fechas, sin certezas, pero sabía lo que iba a suceder -(suceder: continuar un hecho a otro en la línea temporal)- Y los hechos se consumaron. La separación de mis viejos se fue haciendo evidente; mi papá comenzó a dormir en su oficina, a mi mamá la encontraba llorando por los rincones, y no hay que ser muy inteligente para darse cuenta de esas cosas. Lo que yo había imaginado por tanto tiempo había llegado, estaba pasando. Era mi "realidad".
Mi entereza se hacía notar, al igual que mi gran madurez. Yo tenía absolutamente todo bajo control. Nada podía traspasarme, afectarme, y mi vida continuaba tal cual solía ser. Hasta que se dió vuelta todo.
Se me fueron las cosas de las manos, y esa separación separó, literalmente, mi vida en dos.
Dejé de ser todo lo que agradaba, para ser un ente sin rumbo alguno, caminaba zigzagueando. Todo comenzó a afectar mi carácter, mi persona. LLevé a la sensibilidad a tal grado que lloraba y reía por todo. Llegué al punto de soñar pesadillas todas las noches, de matar varios sueños  y proyectos por temerle al fracaso.
Hoy, 5 años después, ya verdaderamente sin  fuerzas, empiezo a resurgir, a levantar mi vista hacia otras cosas, dándole varios rumbos, porque no, a mis caminos. Pruebo, acierto, fallo, pero sigo intentando.
Me duele, pero debo, quiero,  dejar ir...
Hoy soy yo quien crea otro "después", otra separación. Hoy me des-ato del dolor, de la angustia, de la no-alegría. Hoy dejo caer la mochila de una responsabilidad que nunca fue mía, para alzar la de mi vida en sí. Porque no  hay otro camino que caminar el propio...